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#OtrosPersonajes 04: El "Rambo" de Carache

Actualizado: 29 sept 2022

Por: Ernesto J. Navarro

Imagen referencia, tomada de un programa de tv.

Justo cuando 'el hijo desobediente' (conocida ranchera mexicana) terminaba de sonar, una voz seca paralizó al bar El Bucaral, del pueblo de Carache.

Vicentico!

Eso sería lo último que Vicentico Martorelli escuchó en vida, porque inmediatamente después el Zurdo, que avanzaba hacia él, le descargó las seis balas del revólver calibre 38 que llevaba en la mano izquierda, lo enfundó con destreza de 'cowboy' y lo remató con tres tiros de escopeta.

Sin detener sus pasos llegó hasta el cuerpo tendido sobre la mesa de billar y le quitó una pistola que la víctima cargaba en la cintura.

El Zurdo, luego de asechar cerca de tres horas llegó al bar arrastrándose por la parte más baja de la corriente del río Minumbó, en cuya margen derecha está este local. Así sorprendió a Martorelli que jugaba billar sin sus habituales escoltas. Luego de liquidarlo, se volteó sin prisa, miró con ojos retadores a cuatro inmóviles jugadores de billar, tomó de la cantina una botella de aguardiente y se fue montando una bicicleta.

Luego se dirigió por la misma calle a otro bar llamado: El Cofrey, que, a pesar de estar ubicado a 50 metros de un puesto de la Guardia Nacional, era conocido por ser un sitio donde los hombres del pueblo se jugaban hasta sus viviendas en vueltas de dados. En ese sitio, el Zurdo baleó a otro individuo, el abogado de Vicente Martorelli.

Afuera de El Cofrey se bebió un trago largo de aguardiente, dejó la bicicleta y, antes de internarse en la montaña Mupí, sacó un papel y tachó dos nombres de una lista escrita a bolígrafo.Esa noche de enero de 1991 se iniciaba una persecución policial que transformaría a un hombre en leyenda, al Zurdo en el 'Rambo' de Carache.

El escenario

Carache es un pueblo de montaña fundado en 1.548 y está ubicado en el estado Trujillo, en la zona andina de Venezuela, a más 700 kilómetros de Caracas.


Tiene poco más de 29.000 habitantes y un clima anual de 15 grados, lo que, junto a sus hermosos paisajes, lo convirtieron en un destino para visitantes propios y extranjeros. Carache vive del turismo y la agricultura, por lo que buena parte de sus pobladores son campesinos.

En esos parajes, Luis Alberto Rodríguez, a quien todos llamaban 'el Zurdo', vivirá un episodio que lo impulsó a tomarse la justicia con mano propia, pero de manera espectacular.

La fiesta

El 27 de julio de 1989, en este pueblo trujillano había un 'templete' por la graduación de los bachilleres del liceo ‘Juan Antonio Román Valecillos’. En el sitio donde se realizaba el baile, le dispararon mortalmente a Domingo Rodríguez, hermano del Zurdo.

Vicentico Martorelli fue acusado por un vigilante como el asesino de Domingo. Pero para ese momento la familia Martorelli (dueños de una empresa constructora) ya eran los más influyentes del lugar.

Vicentico, como era de esperarse, se libró de la justicia debido a las “influencias familiares”, y aunque estuvo señalado como autor material… nada le ocurrió. La familia Rodríguez, por su parte, aunque dolida por la muerte de Domingo, no presentó querella en los tribunales ante la poderosa familia de origen italiano.

Luis Alberto, el Zurdo recién volvía a Carache tras cumplir el servicio militar en Caracas, y había regresado acompañado por la fama de haber sido entrenado como francotirador.

Su retorno coincide con un atentado que sufrió Vicentico Martorelli, hijo mayor y heredero de la fortuna familiar y, aunque nadie vio al Zurdo en aquella oscura noche, de inmediato las sospechas apuntaron hacia él.


En Carache, pueblo internado en las montañas andinas, es normal que los ricos porten armas en sus cinturas y, mucho más “normal” que amenacen a sus enemigos con una frase que muchos campesinos oyeron alguna vez en sus vidas: "¿Qué te pasa? Sabes que yo te puedo hundir".

Testigos falsos y el juez del pueblo (compadre de Martorelli) operaron para conseguir un culpable y así, el Zurdo, fue sentenciado a prisión y enviado a la Cárcel Nacional de Trujillo, conocida como 'La Amarilla'.

En cinco meses de presidio sin una causa legal, prueba de la influencia del “italiano” (como se conocía al viejo Martorelli) Luis Alberto conocerá las torturas más brutales y hasta reiteradas violaciones.

El Zurdo, de 28 años, decidió hacer todo lo que pudiera para sobrevivir a ese infierno. Y se juró vengar a su hermano y acabar con aquellos que lo encerraron injustamente.

El fantasma

La noche que Luis Alberto huyó a las montañas después de liquidar a dos de sus enemigos, fue buscado por los 4 ó 5 policías del pueblo que, cuatro horas más tarde, desistieron de las tareas de rastreo.


El Zurdo entraba y salía de Carache como si fuese un fantasma. Mientras, el viejo Martorelli informado de la libertad del Zurdo, volvió su casa una fortaleza rodeada de guardaespaldas y policías que veían apariciones del Zurdo entre los matorrales y disparaban al aire a cada rato creyendo impactar en el francotirador. De su lista mortal, en la que había seis nombres, el Zurdo eliminaría a un tercero. Un hombre de apellido Yépez, señalado como falso testigo en la acusación que lo llevó a la cárcel.

Sintiéndose superados los uniformados locales por la habilidad de aquel combatiente solitario, intervino la policía del estado Trujillo y, ésta a su vez, pidió ayuda de la Guardia Nacional.

Cuentan que una noche el Zurdo apareció vistiendo ropa militar y entonces inició una balacera contra 15 policías. No hirió a ninguno, tampoco a él lo impactaron, pero volvió a esfumarse en las montañas habiendo logrado su objetivo: quitarle el sueño a sus enemigos.

En el pueblo ya se comentaba que lo del Zurdo era un enfrentamiento contra los poderosos.

A los pocos días, la paz de Carache se vería alterada nuevamente cuando arribó un grupo comando de acciones especiales integrado por hombres de la entonces DISIP, soldados del Ejército y efectivos de la Policía Técnica Judicial, que tenían la misión de capturar a Luis Alberto Rodríguez.

Durante seis meses, los 'expertos' enviados desde Caracas buscaron al zurdo, pero sin éxito alguno.


El poeta Elí Briceño tenía 16 años en 1991 y recién terminaba la secundaria en Carache "cuando ocurrió lo del Zurdo".

Lo buscaban en el pueblo y las montañas, pero no estaba en ninguna parte. "A veces pasaban las patrullas por un puente, de camino hacia algún caserío cercano, y el Zurdo estaba debajo, durmiendo en una hamaca. Hacía apariciones y volvía a esconderse".

Poderes mágicos

El grupo élite de los cuerpos de Inteligencia estaban al borde del agotamiento.

Además, "habían caído en la tentación de creer en los poderes sobrehumanos que la gente del pueblo le adjudicaba al Zurdo. La gente decía que él se convertía en cachicamo, o en gato".

Y se comentaba aquello con tanta convicción que el poeta Briceño recuerda que una noche, "desorientados por las creencias populares, los militares le dispararon una ráfaga de ametralladora a una vaca, creyendo que se trataba del Zurdo".

La búsqueda infructuosa del comando conjunto de fuerzas policiales llegó al límite de asignarle una escolta policial a la bruja del pueblo, "porque ella les aseguraba que podía saber la ubicación del Zurdo mirando una taza con agua. Y los policías decían públicamente que la bruja era clave para encontrar a Luis Alberto".

Emboscada final

Aunque no serían los poderes de la bruja, sino una delación, lo que los condujo, la mañana del 19 de junio de 1991, al sitio donde estaba Luis Alberto, ya bautizado por la prensa como 'El Rambo de Carache'.

Él había salido de su escondite para visitar a una tía que vivía en la zona rural de Mucumbay, a las afueras de Carache. Allí comía en ocasiones y dormía un rato sobre un buen colchón.


Esa mañana, fue emboscado por una fuerza tremendamente superior, pero el Zurdo se defendió hasta con las uñas. En medio de una lluvia de balas es herido en una pierna, y toma la decisión de descender por un barranco donde finalmente es alcanzado por sus perseguidores que, por primera vez en seis meses, logran ver el rostro del esquivo 'Rambo'.

En Carache se comenta que las fuerzas policiales lo capturaron con vida y que esperaron la llegada del viejo Martorelli para que lo ultimara. El reporte policial dirá que el Zurdo cayó en un "enfrentamiento", pero un mes más tarde, Provea, una organización de Derechos Humanos, pondrá en tela de juicio la veracidad de esa información.

"El cuerpo presentaba no solo varios disparos, sino también fracturas, una de ellas a la altura de tercera vértebra cervical; además, el cuerpo aparece a kilómetro y medio del lugar donde se produce el 'enfrentamiento'. Estos hechos hacen presumir que la muerte del Zurdo se produjo de forma diferente a la indicada por las versiones oficiales", dice el informe de Provea.


Una multitud

La leyenda de inmortalidad del 'Rambo' carachero' aumentó el mismo día de su muerte porque su madre, doña Regina Rodríguez, se negó a recibir el cuerpo alegando que "ese no era su hijo", recuerda el poeta Briceño.

Otras personas aseguraban haberlo visto, minutos antes, en otra zona del poblado.

Finalmente, una multitud de más de cuatro mil personas, del pueblo y otros caseríos vecinos, trasladaron en procesión el ataúd de un hombre considerado como un héroe popular.

"Había banderas, afiches de Simón Bolívar, canciones de Alí Primera. La gente lo veía como un pobre que se enfrentó a los poderosos. Fue tan grande la multitud que ese día no hubo ni un solo policía, ninguna autoridad se vio en las calles… les dio miedo. Después de eso, los Martorelli abandonaron Carache", contó Briceño.

Aún hoy, casi 30 años después, cuando en Carache ven a una persona abusando de su posición económica, la gente comenta:

Ese anda buscando que le salga un Zurdo!

Al mes de haber enterrado el cuerpo de Luis Alberto, los campesinos de Carache comenzaron a recolectar dinero para encargar una estatua del 'Rambo', pero dejaron de pedir colaboraciones porque la muchacha responsable de contar el dinero aseguró que lo vio caminando por una calle del pueblo.

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